Yo leía acerca de olas, después de haber visto hacía unos días el letrero que decía "olas altas", a la entrada de una cantina, y como un vaso desechable que se mece entre las Idem, me esforzaba por recordar todo esto, para saber y si se puede hasta hacer, una fórmula de ese inapresable acto espontáneo de la mente que se llama asociación de ideas, aunque no podía en ese momento porque lloraba, como si tuviera el "baby blues", sin entender si eran las palabras (recuerdos) de Amelie Nothomb,la imagen de una niña que es salvada por su madre de entre las olas, o la voz de la mía, su bellísima cara sonriente, su mano en la nariz, momentos después su blanca carne fundida en el vidrio verde, mostrando como pasar, una ola altísima más grande que yo, más fuerte que yo, enfrente de mí, casi sobre mí, te pasé hundiéndome en tí que eras lo más poderoso,la verdad toda, amándote (gracias a ti)ya del otro lado con un oído tapado, resabio de sal en la garganta, el gozo que estalla dentro y después ardiendo como quemadura de sol.
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1 comentarios:
25 de noviembre de 2010, 6:37
La belleza del instante...
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