Fecha límite


Tengo que escribir una ponencia de 15 cuartillas sobre mujeres en las misiones jesuitas de Sonora. Pues si, aunque no lo crean en estos parajes dignos de una postal del infierno, se la pasaban como santas, indias o Doñas españolas. Tengo apenas 2 cuartillas y quisiera decir algo trascendental ad hoc al protagonismo de alguna cabrera, caporala, prostituta, cantora, cochera, esclava, traidora, mesteña, agregada entre otras, de aquellos días pero no. No es así la historia de las mujeres, aunque la vida en el sistema misional es impensable sin estas presonorenses que de vez en cuando se huían al monte (y sus hombres las seguían) porque no aguantaban tanto pisoteadero de los patrones, la mojigatería de los padrecitos jesuitas (¿qué es eso de casarse? y ¿con un solo hombre?!!!!). Las españolas por su parte, hacían reuniones los viernes en su casa, invitaban al padrecito de la misión, al compadre minero, al cuñado soldado si es que andaba cerca o no estaba en el presidio; todo atentamente vigilado por la servidumbre, "no se preocupen esta coyota es muy buena" mientras forjaban un cigarrillo que ofrecían a los invitados para la primera bocanada. "No va andar contándole a los indios levantados" y pácatelas! que la india se guardaba la fecha de la revuelta, con quemazón de la hacienda, tienda, templo y todo. Estas no eran reuniones sociales, sino de negocios, sobre todo si la anfitriona era viuda (cosa muy frecuente) y tenía que ponerse de acuerdo con el padre para comerciar su maíz, trigo o su ganado ni se diga la contratación de indios tan contados, en caso de que tuviera mina la Doña. Otros días más apacibles las indias molían en el metate el maíz del misionero, les pagaban (no sé todavía si bien o mal ) se rezaba por las tardes, en latín y pima o yaqui o mayo las mujeres adultas adornaban el templo, ponían flores y en unas bolsitas colgadas de la cintura guardaban el rosario. Una constelación de vírgenes (mujeres, estarán de acuerdo) muy determinadas y poderosas encabezaban la Conquista. El padre Salvatierra lo dijo: "que porque así lo exigió la Santísima Vírgen" se convertirían las gentes y ella misma poblaría estas tierras, hasta había una monja llamada Agueda que se carteaba con Felipito por cierto (el duque de Orleans no el de Mafalda) que desde su celda en Madrid venía en viaje estelar a predicar a los indios, le decían "La Dama Azul". Las que daban habitantes a cada rato y solas eran las indias, luego bañaban al recién nacido en el primer charco que se atravesara y volvían a las faenas de la casa y también a las del campo. El padrecito Pfefferkorn jesuita pero alemán ya influenciado por la protestantía se quejaba de los indios hombres "pero que tan flojos estos indios" y las mujeres tan chambeadoras! son excelentes jinetes, rebuenas para la agricultura. Donde si se horrorizaban los misioneros era en la fiesta, porque desde entonces morras y morros se embriagaban hasta perder el sentido, despertaban y seguían pisteando igualito que hoy en día en el Pluma Blanca y la casa del Choin. ¿Les parece todo esto aburrido? pues HELLOOOOO esta es la única historia que importa, la que se hace día a día si no quién pariría a los héroes?, reyes? quién le dio de desayunar al General Zaragoza antes de ganar la batalla del 5 de mayo?????? pues su mamacitaaaaa. Pero quieren nombres, nombres si, de mujeres famosas y de por aqui.... pues ahi les va uno: "Juana Ansias" eeeh? y estaba buenísima la condenada pero a la próxima les cuento (si quieren) de tan ilustre personaje.
Me voy a seguirle.

2 comentarios:

  sylvíssima

3 de junio de 2008, 11:46

¿Juana Ansias?

Dios mío, qué nombre. Más aún: diosito haz que la Faella decida un día hacer novela histórica, uuffff se llevará a la autora de la Santa de Cabora de piecitos...

  Malena

5 de junio de 2008, 10:31

Bravo Faella! Genial, sigue con los relatos de los pasos de aquellas que fueron primero. Suena a historia para cine!!